Otro día en la oficina
2: Maullando al desencanto
Termina la jornada con el subidón habitual. El ministerio de asuntos mundanos queda atrás. Y Erin, de camino a casa, comienza a canturrear su propio mantra. Así seda su lado oscuro: «¿Por qué tendré yo que padecer a los problemas, y a su vez, a sus portadores…? No soporto yo así trabajar, y ni mis sueños brillan ya, ante la realidad… —Varios animales la miran de soslayo. Ella sube el tono—. Se me eriza el pelo hasta aburrir, y ya no sé ni distinguir la diferencia entre el bien i el mal. Ya estoy harta de esta sociedad, que no me deja ni volar por los tejados de su humanidad. Uyuyuy estoy harta uyuyuy. Uyuyuy y voy a estallar ayayayaya. Uyuyuy estoy harta uyuyuy. Uyuyuy y voy a estallar ayayayaya. —Las miradas son ya descaradas, de puro asombro. Pero, algunos ni siquiera giran la vista en busca de tan estridente melodía. Ya la conocen—. Aunque vuelvo a casa en un vacío, a mí me gusta discutir, si no me ofendes… —canta con la vista en algunos de sus asombrados espectadores. Muchos incluso cambian de rumbo para continuar con la tortura, solo quieren conocer el final de la letra—. Adicta a la pelea sin maldad, con alegría y sin piedad, contra el aburrido… Pero mucho más no aguantaré, en el circuito del estrés. —Un perro descarado le cierra el paso, embobado con su performance. Ella le dedica el siguiente verso—: erizada tol día… —Y continúa con su camino, como si nada—. Siete vidas tengo que sufrir, entre lo humano y lo de aquí, y el ministerio que no me deja dormir… Uyuyuy estoy harta uyuyuy. Uyuyuy y voy a estallar ayayayaya. Uyuyuy estoy harta uyuyuy. Uyuyuy y voy a estallar ayayayaya.
—A ver si explotas de una vez —la corta una voz que no ubica, pese a otear la calle. De pronto, Víctor se cruza en su camino. No está solo. Lo acompañan tres enormes gorilas.
Canta Erin:
Precaución: suena la agonía de una gata estresada 😅
La imaginación esceneográfica corre de tu cuenta 😉
Tema para este ejercico en el taller:
Microrelato. Extensión exacta de 330 palabras y un título corto (de tan solo tres palabras).
No queda más que la carcajada al imaginar esa gata descarada desafiando (desafinando) a los que la rodean…
Muchas gracias por seguir esta historia, con la que tanto me divierto.
Y sí, su canto es más bien de un gato atropellado… jiji
Súper divertido este capítulo. Eres tan polivalente, que consigues sorprenderme. Me encanta!!
Espero cumplir con las espectativas… Gracias!
Me reí mucho! Jajaja. Sí es estridente la melodía, sí…
De eso se trataba… Gracias por tu apoyo, David.