Requisitos del taller de escritura: Escribir un haiku
«Más alegría,
de ella depende el mundo,
sea o no humano».
Escribir un lipograma. «La vocal faltante fue un reto personal»
Las palabras susurradas por Awari al acabar la jornada ocupan su lóbulo frontal, tras un pasamontañas. Bajo la oscuridad oscila la autovía a toda marcha. Sus costillas impactan contra la chapa, a uno y otro lado. Por fortuna, no robaron su móvil. Lo saca y dicta al chat familiar:
«Transportín motorizado. Utópico salir. Orangután y amigos. Víctor, lo llaman. No conozco rumbo ni camino. Activo localizador. Socorro».
Pasan algunos minutos, no adivina cuantos. Mas sí adivina, tras su SOS digital, un habla traba. «¡Han robado una vocal! ¡Han admitido mi socorro!».
La vida ya no oscila bajo sus uñas. Los porrazos contra la chapa tampoco continúan. Han parado. Ruidos y bramidos alcanzan sus oídos. Quitan la tapa, la sacan, y nota la típica fragancia a orangután.
—Puff. Ya podríais daros una ducha al año —afirma. Y tapa su nariz, burlona, sin aguardar a sus caras. Quitan su pasamontañas ipso facto. Aupada por su captor, su risa minina canta con gusto. Por contrapunto, la mano la abandona y la gata zumba a roto por batacazo. Ahora las risas son incluso más ruidosas. Gatuna ninguna.
—Si tú no lo autorizas, gata, no hay abuso sin castigo —afirma una voz autoritaria—. Roban la sonrisa. Nos usan y nos abandonan. Nos aprisionan, organizan mofas y… continúa la sinrazón. —La oficial alza la vista y topa con un casco militar, unas gafas oscuras y un puro. «La voz al mando».
—Ya, ya —habla su voz gatuna—. Opino algo más, y no os gustará —afirma, jovial—. A los gatos no los usan… No voy a afirmar qu… no digo nada contra vosotros. No ansío mal para la colonia mona. Tampoco para los chuchos… Mas, discutimos por asuntos ya aclarados, y… no sois aptos para dicha conclusión. —Los monos aúpan los hombros, no razonan. La gata, harta—. Costó siglos lavaros la razón. Y ni los gatos ni otras razas os juzgamos por tal cosa… —Todos oían con curiosidad.
»Ocurrió algo atroz y ni lo intuís. —Los lanza a la intriga. No aguanta más y… aflora la risa.
—Ya basta, ¿no? —grita la voz—. Sobran las risas. Primordial asunto tratamos aquí como para carcajadas. —Afirma, dolido.
—Algunos monos acudís a clínicas liposuctoras.
—Sobran tontunas gatunas aquí, y falta razón… —afirma, tristón.
—Pido disculpas oigan. Mas no hay poca confusión. Opino y calculo, hasta dar con la solución. Os limpiaron la grasa, sí. Incluso aquí. —Apunta a su lóbulo frontal—. Y ya no hay razón.
Algunos lanzan sus carcajadas. Otros, lánguidos, solo agitan los ojos.
PD: Cuanndo esto sea un libro, este capítulo será diferente, xD…