Última época de las guerras interminables
La época de las guerras interminables abarca una extensa línea temporal de la historia más antigua de Nubalión, las primeras páginas de los libros están fechadas poco tiempo antes de que estos enfrentamientos comenzaran. Su última fase es la época más oscura de este mundo sobre la que existen testimonios escritos, en la que argos y elfos se mataron entre sí durante más de tres generaciones (300 ciclos). Hubo dos generaciones de argos que nacieron y murieron en guerra.
Estos enfrentamientos fueron esporádicos en un principio, más bien reyertas por una superioridad que los elfos sabían que tenían. Ellos podían canalizar la energía mineral de todo Nubalión a través de su cuerpo, mientras los argos se tenían que conformar con el aumento de su fuerza física a causa de esta energía. Estos últimos, en clara desventaja. El primer elfo en darse cuenta de esto fue, precisamente, el más poderoso que se había conocido hasta entonces, Draken. Se sabe que el nombre de esta saga familiar hacía referencia a las fabulosas bestias que millones de ciclos atrás poblaron el planeta, y ellos parecían creerlo. Por todo el Valle del Dragón, (llamado así generaciones después a causa del mal que este elfo ocasionó) se escuchaban canciones que lo pintaban cual dragón que todo lo quemaba, y las ráfagas que era capaz de canalizar (más que nadie hasta el momento), eran cantadas como el fuego de la bestia.
Y, así, este poderoso elfo se creyó su propia historia, y un desacuerdo con el argo dominante del valle trajo de vuelta las tensiones entre ambas razas. Dos de los compañeros y amigos de Artanses III fueron fulminados por el poder de Draken, y el argo a cargo de los suyos, que jamás vivió un enfrentamiento como tal, no pudo hacer otra cosa que huir. El infame elfo se saltó la ley más básica de Nubalión, implantada menos de una generación atrás, la que todavía impera hoy: respetarás todo tipo de vida, sin importar la que sea. Las guerras habían terminado hacía pocos ciclos y ya no se mataba por matar, menos por una discusión. Esa ejecución dio paso a la campaña de muerte más dañina tras la extinción de los orcos.
1º Conflicto
Este mal llamado conflicto fue, más bien, una venganza. Argenses, hijo de Artanses III, aprovechó la soledad del hijo mayor de Draken en Fuerte Edén, gobierno arrebatado a los amigos de Artanses III “muchos creen que ese fue el verdadero motivo de su ejecución a sangre fría”. Y acudió con sus mejores argos al inexpugnable lugar. La versión oficial relata una traición desde dentro de la comitiva de Drakun, que los dejó pasar al interior del fuerte. La otra versión, y la más creída, por cierto, cuenta que el hijo del poderoso elfo salió sin escolta, sin más compañía que su amante, que también era su hermana, Draina.
Y, estando en las puertas del fuerte, sobre el foso del Vita, se pavoneó de aquel pequeño ejército, necesario para asustar a un solo elfo que no tenía miedo de ellos. Y, en el instante que más seguro se sentía, resguardado por el nombre de su padre, un escalador que trepaba desde el foso la pared exterior, habiéndose jugado la vida colgado de una cuerda sobre tan embravecido torrente, se abalanzó sobre el y le clavó una picoleta en la cabeza. Este murió al instante, y a su hermana la mataron también. Poco pudo hacer una elfa contra una marabunta de argos que se le echaron encima.
2º Conflicto
Pero, la venganza del pequeño de los elfos, quien comandaba gran parte de las fuerzas de su padre, hizo que los argos se arrepintiesen durante más de tres generaciones del acto de un solo hombre, un escalador sediento de sangre.
Draken II hizo que su padre quedase en nada, él era el horror en carne y hueso. Del primer ataque se quedó con tres vidas muy importantes para la familia Artanses. Murió Artanses IV, heredero de su padre, también lo hizo el causante de la muerte de sus hermanos, no el escalador sino, Argenses. Pero este último tuvo que presenciar la muerte dolorosa y agónica de su hijo, Artanses V.
Con este golpe. Draken II segó las esperanzas bélicas de dos generaciones de la misma familia, y de toda una raza que tenía en ellos puesta toda la confianza.
3º Conflicto
Este, también podría ser un conflicto, aunque no hablamos de batallas, no a gran escala. Se trata de la gallardía de dos hermanos gemelos, hijos de Fileses, el pequeño de los hermanos aniquilados por Draken II. Estos se sabían muy fuertes desde bien pequeños. Crecieron en un pequeño paréntesis entre tanta sangre, seguían las ejecuciones y el horror, pero el miedo obligaba al pueblo a acatar las directrices de la casa Draken. Y ellos, siempre encontraban la forma de reírse de los elfos de su edad. Los emboscaban y los humillaban a cara tapada. Dos chicos muy inteligentes, como toda la tropa que les seguía. Así fueron creciendo, y así perfeccionaron el arte de la emboscada.
Todo se torció en una de esas emboscadas, donde tuvieron que decidir entre su vida y la del elfo que los amenazó. Ahí empezaron a vengar la muerte de sus tíos y su primo. Y emboscada tras emboscada se atrevían a más. Acabaron por mermar incluso las tropas élficas que patrullaban el valle. Esto llamó la atención de los Draken, pero lo que colmó el vaso fue la muerte de Placencur, hermano mayor de Draken II, y Citande, su hija. Quienes tuvieron la mala suerte de caer en una de sus emboscadas. Ambos hermanos murieron envenenados por alguien de su entorno tiempo después. Las escaramuzas ya no serían nunca tan efectivas, ni el valle suficientemente grande para esconder a los argos rebeldes.
4º Conflicto
Este cuarto y último conflicto es una de las hazañas más importantes de la historia del planeta. Elencir, hermana y amante de Placencur, y madre de Citande, tras conseguir su venganza con la muerte de los gemelos (todo apunta a que ella orquestó sus muertes), no soportaba el horror desatado por toda su familia, incluso su sobrino, Draken III, había matado a cientos de argos con apenas veinte ciclos de vida.
Y, tras mucho tiempo y meditación, se acercó a Musaida, hija de un primo de los gemelos, Mitriates. Nadie sabe bien como fue. Muchos dicen que fue Musaida la que se acercó a Elencir y la “convenció” de que era necesario frenar tanto horror. El caso es que, tras su colaboración y estudio, llegaron a la conclusión de que el espinazo que muda el megacronos sigue siendo igual de poderoso. Pero solo si se coge antes de que se le caiga. ¡Aparecieron las varitas!
Ese fue el punto de inflexión para una sociedad donde no había buenos y malos después de tanta sangre. Todo fue gracias a Elencir, pero la muerte de gran parte de su familia era también necesaria.
La época más oscura de las guerras interminables fue la que propició su propio fin.
Deseando leer, deseando soñar, deseando descubrir uevos mundos habitados por seres fantasticos… Gracias por acercarme a la magia
Muchas gracias por tu interés. Si te decides por Latidos de guerra, espero que te guste tanto como a mí.
En este apartado del blog iré subiendo toda la información que considere oportuna de forma paulatina.